Templado

En el proceso de enfriamiento o templado, la herramienta de conformado permanece cerrada durante una cierta cantidad de tiempo hasta que la pieza se enfría desde aproximadamente 900º a menos de 400º C. El enfriamiento permite al material de acero endurecerse de tal manera que la pieza final de chapa metálica llegue una resistencia mecánica de más de 1500 MPa. No se puede conseguir una resistencia mecánica similar usando métodos convencionales de conformado.

En el templado, la chapa metálica caliente se templa mediante el contacto con herramientas de conformado frías. Esto se consigue utilizando agua fría que fluye a través de canales de refrigeración integrados en las herramientas. Como las herramientas están más frías que la chapa metálica conformada, la chapa se enfría y como resultado las propiedades del material cambian. Antes de enfriar la chapa, las altas temperaturas la han ablandado, haciendo que sea fácil de moldear: esto se conoce como la estructura austenítica del acero.

Para poder conseguir la resistencia deseada, es necesario alcanzar un índice de enfriamiento mayor de 27K/s durante el conformado, pero especialmente justo después del conformado y con la herramienta cerrada. Se necesita un índice suficientemente rápido de enfriamiento para que la estructura cambie de austenita a martensita, tras esta transformación el material se endurece y templa.

El factor más importante de influencia sobre el índice de enfriamiento es el contacto directo entre la superficie fría de la herramienta y la chapa metálica conformada en caliente. Ya que un espacio de aire entre la hoja y la herramienta actúa como aislante, las herramientas de conformado tienen que construirse de tal forma que al cerrarse entren en contacto con toda la chapa metálica conformada.

Otro factor que influye en el proceso de templado es el material de la herramienta. Las nuevas investigaciones han desarrollado herramientas de acero que tienen una conductividad térmica particularmente alta y son, por lo tanto, especialmente adecuadas para el proceso de templado. En general, sin embargo, hay que mantener una determinada resistencia al desgaste.

En resumen, el enfriamiento o proceso de templado es parte del proceso de endurecimiento por presión. El proceso de templado asegura que la chapa metálica tenga la resistencia deseada; la pieza se endurece.

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